El crowdfunding se entiende mejor explicado como parte de la economía colaborativa que como una herramienta meramente financiera. Para comprender esto, debemos remontarnos al año 1996 cuando el grupo de rock británico Marillion vió como sus fans se organizaban para financiar una gira de la banda por los Estados Unidos. Lo hicieron solos, sin que el grupo lo coordinase pero, a partir de ahí, Marillion utilizó la misma fórmula para crear diversos álbumes junto a sus seguidores de forma colaborativa. El crowdfunding se define como la financiación colectiva de proyectos a través de Internet. Pero ¿es sólo financiación?
El primer smartwatch
El año 2009 nació la plataforma online que hoy en día lidera el crowdfunding de recompensa -aquel que ofrece como contraprestación a las aportaciones de las personas un producto, un servicio o una experiencia
. Hablo de Kickstarter que tras casi 6 años de andadura ha recaudado cerca de 2.000 millones de dólares financiando más de 93.000 proyectos. La clave para entender esta forma de financiación radica en fijarse en las personas que participan en las campañas y no tanto en el dinero recaudado. Siguiendo con el ejemplo de Kickstarter, el número de personas que han contribuido a iniciativas dentro de la plataforma asciende a más de 9 millones y medio. De hecho, estas personas han realizado aportaciones por valor de más de 25 millones, lo que significa que muchas repiten la experiencia como mecenas de proyectos. Si nos fijamos en el caso de Pebble, el reloj inteligente (o smartwatch) que marcó un antes y un después en el enfoque de las campañas de Kickstarter, se recaudaron más de 10 millones de dólares con el apoyo de casi 69.000 personas que hicieron más de 15.000 comentarios en la página del proyecto. Esa comunidad de early adopters, o sea, de personas que adoptan una tecnología antes que el grueso de la población, hizo posible que naciese un reloj inteligente que ha sido récord de recaudación en Kickstarter durante años. [caption id="attachment_1646" align="aligncenter" width="454"]
Foto: LendingMemo.com[/caption] Entonces, volviendo a la pregunta inicial, ¿por qué es más importante el crowd que el funding?, ¿por qué es más relevante la participación de esas 69.000 personas que los 10 millones recaudados por la campaña? Sencillamente porque fue esa comunidad la que llevó a Pebble a vender más de un millón de relojes durante los siguientes años. El boca a oreja producido por la campaña representó un éxito de tal magnitud a nivel de comunicación que Pebble se convirtió en referente de un sector en el que la mismísima Apple ha tardado 3 años más en entrar con su Watch (el reloj inteligente del gigante tecnológico de la manzana lanzado este año).
Batiendo récords
La validación de mercado realizado por estos emprendedores de Silicon Valley gracias al crowdfunding les llevó a conseguir una ronda de inversión de 15 millones de dólares tras su campaña de éxito. Aunque la historia no acaba ahí. Un millón de unidades vendidas después, ya en 2015, Pebble sorprendió de nuevo al mundo con una segunda campaña de crowdfunding para financiar Pebble Time, su nuevo reloj inteligente. Pero, espera un momento... ¿Esto no iba de dinero? ¿El crowdfunding no se usa para pedir cuando uno no tiene? Si es así, ¿por qué Pebble, una start-up consolidada y con recursos realizó de nuevo una campaña para financiar su nuevo producto? [caption id="attachment_1645" align="aligncenter" width="391"]
Imagen: TaxCredits.net[/caption] Como dice el co-fundador de la compañía, Eric Migicovsky, en el vídeo de campaña de Pebble Time, el producto no tiene sentido sin sus consumidores, sin sus fans, y con la segunda campaña la empresa convertía a sus seguidores en protagonistas del lanzamiento de dicho nuevo producto. Ellos tenían el poder; ellas y ellos iban a decidir si Pebble Time existiría: si la innovación tenía sentido o no, si querían su pantalla a color (a diferencia del Pebble que es monocromática) o si les interesaba una interfaz de navegación con una línea de tiempo (o timeline). Y decidieron, ¡vaya si decidieron! Pebble Time recaudó más de 20 millones de dólares con la colaboración de más de 78.000 personas. Así, Pebble Time se hizo realidad y batió un nuevo récord de recaudación en la plataforma Kickstarter.
El poder de la multitud
El crowdfunding es siempre más crowd que funding, porque empodera a las personas y las dota de la capacidad de decidir si quieren o no que una iniciativa salga adelante. Es por ese motivo que los mecenas, las personas que participan económicamente en las campañas de crowdfunding, no sólo lo hacen contribuyendo con dinero. También comunican la campaña, dejan sus comentarios e incluso consiguen que los productos mejoren con sus aportaciones. Muchas campañas de crowdfunding tienen lo que se llaman los stretch goals (u objetivos ampliados) que no son más que hitos de recaudación que, una vez superado el 100% de dinero necesario para empezar a producir el que será el objeto de la campaña, permiten mejorar los productos, servicios o experiencias presentados en la misma. Hay productos que mejoran sus materiales de fabricación, hay videojuegos que amplían el número de pantallas o, por ejemplo, hay inventos que aumentan su gama de colores disponibles. [caption id="attachment_1652" align="aligncenter" width="518"]
Imagen: By IreneDeKoning (Own work)[/caption] Eso sí, no tenemos que quedarnos en territorio norteamericano para comprender esta faceta del crowdfunding. En Europa tenemos referentes como Verkami con ya más de 16 millones de euros recaudados para proyectos creativos. En Verkami hay campañas tan relevantes para comprender el efecto del crowd como por ejemplo B (la película sobre los papeles de Bárcenas)que recaudó más de 55.000 euros con la participación de más de 590 personas
. Cuando una campaña toca un tema que es importante para una gran cantidad de personas, como destapar un escandaloso caso de corrupción política, la gente no falla. Tras analizar cientos de casos y habiendo sido consultor de cientos de campañas de mis clientes, uno descubre que el crowdfunding no es sólo una herramienta financiera: es una nueva forma de colaborar con otras personas, una poderosa herramienta de creación colectiva. [Imagen portada: Rocío Lara] Artículo escrito por Valentí Acconcia
Valentí Acconcia se dedica profesionalmente al crowdfunding desde el año 2011, ha co-fundado diversos proyectos en el sector y actualmente desarrolla su carrera como consultor y experto independiente en la materia. Trabaja con las principales plataformas de crowdfunding del mundo con las que ha recaudado cientos de miles de euros para sus clientes. Es autor de “Las 20 reglas de oro del crowdfunding”, un libro práctico y un método que ayuda a las personas a diseñar buenas campañas y conseguir realizar sus ideas. Valentí será uno de los ponentes del OuiShare Fest Barcelona 2015.