Que la Economía Colaborativa y Abierta es una fuerza transformadora de la sociedad se puede empezar a considerar un cliché a la luz de los titulares que aparecen ya casi a diario en los medios de comunicación. Lo que no sabíamos era que el futuro sería tan prometedor.Más allá de los síntomas más visibles
de esta acelerada disrupción digital (start-ups, inversores, protestas del status quo, etc.) queremos explorar el potencial real de la economía colaborativa como una fuerza transformadora de la sociedad: un modelo productivo en base a las capacidades agregadas de personas individuales, con potencial para reducir de manera drástica los costes de producción y de acceso a bienes y servicios, que abre la puerta a una economía de la abundancia, que nos fuerza a repensar el modelo laboral, los mecanismos del estado del bienestar y la manera de afrontar la regulación de todo ello.
Se trata de un fenómeno con un impacto brutal en nuestra sociedad que está modificando radicalmente la forma en que, hasta el momento, las personas han resuelto y cubierto sus necesidades”- Marc Cortés, Director General en Roca Salvatella.
Si existe una manera de organizar las cosas que se intuye más eficiente, la sociedad tiene el derecho de beneficiarse de ella, pero ¿cómo acompañamos este proceso de destrucción creativa? ¿Deberíamos limitar el potencial de crecimiento exponencial de estos modelos? ¿Son los ciudadanos o las plataformas el objeto de regulación? Y ¿a qué nivel: ciudad, nación o Unión Europea? ¿Alguien ha conseguido ya cuadrar el círculo?
Durante el OuiShare Fest Barcelona 2015, queremos profundizar en los posibles significados que acarrea la expresión “La transformación colaborativa” que hemos seleccionado como lema del evento.
Tenemos, al igual que todos, muchas preguntas. Desde OuiShare, como think tank de la economía colaborativa, creemos que lo importante para llegar a respuestas interesantes es poder plantearse los interrogantes adecuados, que exista un diálogo y un debate abierto acerca de los mismos.
"Hacer predicciones es difícil... en especial sobre el futuro"- Niels Bohr, Premio Nobel en Física 1922
Para ello, el programa del evento va explorar de manera transversal un amplio conjunto de preguntas que debemos tener el valor de hacernos:
1. ¿Para qué y a quién sirve una empresa en el año 2015? Lo que se cataloga como “colaborativo” ¿es o debería ser por defecto “social”? ¿Cuál debe ser al papel de la organizaciones dentro de la sociedad colaborativa? ¿Cómo pueden ir más allá de la tradicional captura de beneficios económicos y empezar a contribuir al procomún sin morir en el intento? ¿Sabemos cómo medir este tipo de contribuciones? ¿Existen emprendedores colaborativos que innoven en valores o estos solo se centran en promover el “capitalismo de plataforma”? ¿Qué aprendizajes cruzados se pueden dar entre las corporaciones tradicionales, las start-ups colaborativas y las cooperativas de la economía social y solidaria?
2. El nuevo modelo productivo nos lleva a una escala óptima de producción = 1. Un alojamiento de una habitación, un transporte de un asiento vacío, una tienda de un artículo de segunda mano, etc. El ciudadano productor es un nuevo agente económico que pone en valor lo que tiene, lo que sabe, lo que le gusta, por el placer de contribuir a lo común, por el reconocimiento social o a cambio de dinero. El sistema actual no está para nada diseñado ni preparado para acomodar a este nuevo agente. ¿Estamos ante una revolución de consecuencias imprevisibles o estamos subestimando la capacidad del hombre para edificar nuevas relaciones productivas?
3. En 2015 ya existen ciudadanos productores que viven gracias a la economía colaborativa. ¿De verdad? ¿Quiénes son? ¿Cómo son? ¿Por qué lo hacen? ¿Pagan sus impuestos? ¿Cómo se organizan para defender sus derechos? Y, por el lado de las plataformas que usan, ¿quién se encarga de cuidar esta comunidad de usuarios?, ¿cómo se consigue una relación equilibrada entre los proveedores y la plataforma?, ¿cómo compartir valor, integrarlos, incentivarlos y fidelizarlos?
4. ¿Debemos dejar de hablar del futuro del trabajo y hablar ya solo del futuro de los ingresos? ¿Cómo afecta lo colaborativo a los conceptos de empleo e ingresos? ¿Vamos hacia un mundo de “micro-autónomos” contratados a través de plataformas on-demand? ¿Qué red de apoyo debemos crear para evitar una precarización 2.0? ¿Es la renta básica parte de la solución? ¿Qué otros beneficios y recompensas existen más allá del dinero en el uso de estas plataformas? ¿Mi reputación y mis datos tienen valor económico?
5. La reducción de la escala óptima también afecta a los estados nación. El nuevo sujeto para entender el mundo es la ciudad estado: ciudades colaborativas. Una visión de ciudad que va un paso más allá de las smart cities cuando se incorpora a los ciudadanos y todas sus capacidades en el centro de la innovación y las soluciones. Ciudades productivas con fábricas digitales en cada barrio y autosuficientes a nivel de energía y alimentos. Ciudades humanas que son un destino inteligente y socialmente inclusivas tanto para los que viven en ellas como para los que están de paso.
6. “Las organizaciones de la economía abierta y colaborativa son capaces de hacer cosas que las tradicionales no son capaces de hacer ahora, y de hacerlo muchas veces de una forma más económica, más transparente y más eficiente. A veces, insultantemente mejor.” ¿Cómo consiguen crecer tan rápido y tener valoraciones tan elevadas sin disponer de activos propios? ¿Se puede diseñar para un crecimiento exponencial en base a estos aprendizajes?
7. Más allá de las denuncias por competencia desleal y otras trabas que ponga el status quo para defender sus intereses y posición actual, ¿cómo están respondiendo y adaptándose las empresas tradicionales a la economía colaborativa? ¿Invertir o comprar una startup colaborativa que se ha convertido en competencia son las mejores opciones? ¿La gran escala es una ventaja o un lastre para la adaptación al nuevo entorno? Si las cosas nuevas no se pueden hacer a la antigua usanza, ¿qué cambios culturales y organizativos deben acompañar los cambios en el modelo de negocio? ¿Es la ética el siguiente motor de la disrupción? ¿Cómo se pueden crear “empresas a prueba de futuro”?
8. Frente a estos cambios tan numerosos, profundos y en tantos frentes a la vez ¿cómo puede responder la administración para regular las actividades y garantizar los derechos de todas las partes interesadas? ¿Cómo las puede usar de manera ventajosa para regular los grandes flujos de datos que genera la economía colaborativa de base digital? ¿Es la autorregulación del sector parte de la solución? ¿Deberían estas plataformas que facilitan la coordinación masiva entre ciudadanos ser consideradas infraestructura pública? ¿Es la regulación un buen mecanismo para maximizar el potencial de impacto social de las plataformas?
9. Cuando hacemos proyecciones de futuro siempre pensamos desde nuestro punto de vista, pero ¡los europeos de cultura occidental somos una minoría! ¿Cómo están adoptando y adaptando en otras partes del mundo la economía colaborativa? ¿Cómo innovan con una población más joven, conectada y con ganas de cambiar las cosas desde su raíz y anteponiendo la creación del procomún y el beneficio colectivo al individual? ¿Es esa la “verdadera” economía colaborativa centrada en las personas de la que debemos aprender?
10. Ya llevamos varios años hablando del consumo y economía colaborativa, pero ¿qué hay de nuevo en 2015 y más allá? ¿Qué ecosistemas de negocio se generan a partir de las grandes plataformas? ¿Qué nuevas necesidades hay que puedan ser una buena opción para emprender en lo colaborativo y abierto? ¿Son blockchain, la descentralización y las start-ups “capital light” el futuro de lo colaborativo? ¿Qué modelos de negocio basados en lo abierto consiguen ser sostenibles? ¿Por qué iniciativas están apostando los inversores de impacto?