En su vertiente de think and do-tank de la Economía Colaborativa, OuiShare tiene como una de sus misiones la de difundir el conocimiento sobre todos los temas relacionados con esa Economía Colaborativa. Por ello, los próximos 19, 20 y 21 de noviembre se darán cita en el Park Tecnològic de Barcelona Activa todos aquellos interesados en esta Transformación Colaborativa que actualmente estamos experimentando. Y es que esa transformación se debe, en gran parte, a que dentro de la Economía Colaborativa se encuentran todo tipo de posturas abiertas al debate. Y nos enorgullecemos de poder contar con perfiles críticos con lo que está pasando, que enriquecen y seguirán enriqueciendo el diálogo entorno a la Economía Colaborativa, sin sonrojarse por poner encima de la mesa luces y sombras por igual. Hablando de luces y sombras, me gustaría abordar el tema de la escasez y la abundancia, el que contrapone modelos colaborativos y modelos tradicionales.
El origen de lo que compartimos
Formamos parte de un modelo gobernado por unos principios capitalistas basados en una escasez artificial creada por la mano del hombre y poblada de propiedad intelectual, patentes y derechos sobre bienes intangibles. Dicha escasez artificial se podría erradicar a través de la propia naturaleza compartible de los bienes intangibles y la recirculación de los bienes infrautilizados, creando así abundancia. En este contexto, hay quienes nos situamos en posiciones tibias desde las que nos preguntamos si sería viable un modelo más ecléctico. Un modelo de colaboración, sostenibilidad y autoproducción pura, en el que producción y propiedad sobre los bienes encuentran un equilibrio entre el capitalismo más radical que subyace en la creación de oasis ficticios de escasez y la utópica creencia de que podemos crear abundancia de bienes y servicios de manera ilimitados. Justo en ese punto medio entre ambas posturas, creando riqueza a partir de la reutilización de activos y generando sinergias entre los actores económicos (como los consumidores y usuarios), nos encontramos a muchos de los actores que forman parte de la Economía Colaborativa. Esto poco o nada tiene que ver con la posibilidad de crear abundancia de bienes y servicios si todos los compartimos. Más bien al contrario. [gallery link="none" ids="1693,1694,1695"] En el OuiShare Fest Barcelona nos gustaría lanzar la pregunta de si la accesibilidad actual a una amplia variedad de bienes y servicios es posible debido, paradójicamente, al exceso de producción de esos mismos bienes que se ha dado en los períodos de consumismo depredador que nos anteceden. Es decir, si no hubiéramos producido en exceso en el pasado, ¿tendríamos el exceso de bienes que circulan actualmente en las plataformas de la Economía Colaborativa? ¿Nos ofrece esta situación un espejismo de abundancia?
El éxito de la Economía Colaborativa no debería depender de un sistema de superproducción capitalista.
Es evidente que no deberíamos dejar que la Economía Colaborativa mida sus posibilidades de futuro basándose en una situación de superproducción que nos ha abocado al consumismo exacerbado y la contaminación desmedida. Sin embargo, también es cierto que, si pusiéramos un freno total a esa producción hasta el punto de hacerla prácticamente inexistente y apoyásemos nuestro consumo en los bienes que ya están en circulación, a largo plazo, acabaríamos enfrentándonos a una nueva situación de escasez. Eso nos llevaría sin remedio a una inflación en los precios y a una burbuja similar a la inmobiliaria que hemos sufrido en España, pero que esta vez afectaría a todos los bienes de consumo: curiosamente, su producción decrecería de manera drástica debido a la falta de consumo por vías tradicionales. La abundancia actual de bienes en circulación dentro de las plataformas de Consumo Colaborativo, a largo plazo y haciendo descender la producción de los mismos, podría provocar un efecto muelle originando la escasez de esos bienes seguida de una gran inflación. Esto llegaría a pasar teniendo en cuenta que la actual superproducción del modelo capitalista parece más rentable que el no producir a tan gran escala, ya que cada unidad que se produce reduce el coste marginal de la siguiente así como también los costes de transacción. [caption id="attachment_1696" align="aligncenter" width="413"]
Foto: Johnhain CC0 Public Domain[/caption]
¿Existe, pues, una “burbuja de la Economía Colaborativa”?
¿Podríamos llegar a vivir la explosión de esa burbuja con la caída de la producción ante la inevitable reducción de la demanda? Cuando hacemos uso del florido “acceso frente a propiedad”, eslogan por excelencia de la Economía Colaborativa y que se basa en dos pilares, el acceso y la propiedad, no debemos olvidar que el primero, estandarte de la Economía Colaborativa, no existiría sin el segundo. Por lo tanto, uno de los debates que no perderemos la oportunidad de abrir durante el próximo OuiShare Fest Barcelona será el de hasta dónde es sostenible (y/o deseable) una producción de bienes y una economía de mercado cuando hablamos de la Economía Colaborativa, y cómo debemos dirigirnos todos hacia un modelo de convivencia y consenso en el que lo colaborativo coexista con lo tradicional. Es más, cabe preguntarse si nos encontramos frente a un modelo paracapitalista
que nos lleva de nuevo a la elitización de un modelo económico alternativo en el que tendrán el poder aquellos que tengan los bienes para poder compartirlos. ¿Estamos creando una generación de pobres digitales? Sobre dónde estamos y dónde queremos estar reflexionaremos el próximo mes de noviembre en Barcelona, ¿te lo vas a perder? [Foto portada: Money makes the world go round de Peter-Ashley Jackson bajo licencia CC-BY. Texto editado por Isabel Benítez]